El Premio Altadis de Artes Plásticas nació en el año 2000 con la vocación de apoyar y promover a artistas contemporáneos residentes en España y Francia, sin seguir criterios establecidos de edad ni nacionalidad.

El Premio Altadis Artes Plásticas 2003 fue otorgado a varios artistas. Entre ellos se encuentran Stephen Dean, Mateo Maté, Mabel Palacín, Bruno Perramant, Sergio Prego y Fabien Rigobert. Estos artistas fueron reconocidos por sus obras en diferentes disciplinas de las artes plásticas. El premio fue parte del programa de mecenazgo de Altadis, que buscaba apoyar a jóvenes talentos en el ámbito artístico. 

En Stephen Dean todo empieza con la pasión por la pintura. El artista siempre ha pintado objetos del día a día –periódicos, crucigramas, camisas, boleras- objetos que modifica y que adquieren apariencia lúdica, pero que en realidad sólo tienen la función de estimular e ilustrar los trazos rítmicos del color.

Mateo Maté organiza la visión distraída de nuestras situaciones íntimas. Su forma diáfana de captar los extravíos de nuestros ensueños hace un guiño también a los tópicos de nuestras percepciones acostumbradas a reaccionar a los clichés. La mirada de Mateo Maté, que ensalza la distracción y crítica la manipulación visual de los medios de comunicación, consigue devolver el encanto a los instantes banales de nuestras vidas.

Mabel Palacín asocia la imagen fija y la imagen en movimiento, el documento y la ficción, ofrece al espectador una saludable reflexión sobre el papel de las imágenes en nuestras vidas. En las obras de Mabel Palacín, a menudo asociadas al cine, se plantea una duda: ¿Es el cine el que imita a nuestra vida o somos nosotros los que imitamos sus ficciones?

La obra de Bruno Perramant es famosa por trascender la dimensión puramente anecdótica. Sus cuadros figurativos evitan todos los lugares comunes del género: ilustración, decoración, nostalgia, énfasis, etc. Bruno Perramant ha elegido el óleo por su maleabilidad y su transparencia. Sus pinceladas visibles y manifiestamente variadas, confieren una brillantez indudable a la superficie de sus pinturas.

Sergio Prego es fundamentalmente un escultor. Humos, líquidos, alcoholes, arquitectura, luz, velocidad son los elementos que utiliza para realizar formas efímeras que sólo puede captar la imagen sincronizada y espacializada. De este modo, construye desde hace varios años una obra en la que el cuerpo es el filtro y que juega con los ritmos, las sensaciones psíquicas, las ocupaciones mentales del espacio físico.

En la obra de Fabien Rigobert, el acceso a la realidad se consigue mediante la representación, que, en muchos casos, se resume a una simple reunión de documentos o en la captura de un acontecimiento. Fabien Rigobert reorganiza la realidad creando una ficción y alejándola del documental.